martes, 18 de febrero de 2020

Otoño

Hoy he estado limpiando el altillo del armario de la que fue mi habitación, ahora convertida en cuarto de la plancha. No es que ya no tenga cabida en esa casa, sino que de vez en cuando hago uso de la habitación de " su hijo y su nuera", que a decir verdad ya era mía un poco antes de irme.

De 8 cajas de zapatos llenas de recuerdos, han salido:

  • tres bolsas de basura.
  • una caja con cuatro fotos, centenares de negativos con sus fotos perdidas y dos carretes sin revelar. Quiero llevarlos al Fotoprix, a ver si a pesar de los diez años que pueden llevar ahí, sale alguna foto.
  • otra caja con recuerdos de lo que ya era la vida que llevo ahora (piercings, tikets, y otros recuerdos de viajes, cartas tontorronas de una novia que tenía y que ahora es mi mujer, una muela del juicio, y las pinzas del botiquín del coche con las que me quité los puntos de sutura de una circuncisión que merecía una inauguración pronta.
  • otra caja, más pequeña con alguna foto y escritos de vidas anteriores a la que llevo ahora, pero que han sido mías. No me he atrevido a tirarlas, tampoco a juntarlas en la caja anterior; tal vez deje esa decisión a los otros actores de esas vidas.
  • y por último, una pequeña caja con rotuladores, juguetes, y pegatinas para Tomás.

Tomás ha empezado la escuela infantil y tiene una mamitis severa que me pone de muy mal humor cuando tengo que quedarme con él.

No hay comentarios: